Con el tiempo, el mercado automotriz cuenta con un abanico de modelos de coches cada vez más amplio, lo que genera, en ocasiones, quebraderos de cabeza a la hora de escoger un coche u otro, no solo por marca o modelo, sino por segmento de longitud y/ carrocería. En HR Motor analizamos una serie de conceptos vinculados a los segmentos comerciales, esto es, basados en el tipo de carrocería del vehículo para disipar aquellas dudas que se puedan tener.
A la hora de identificar a un coche por su utilidad, desde el punto de vista de su aspecto, los coches se pueden categorizar por varios tipos. Veámoslo.
El coche urbano de siempre que sirve para todo
Siempre que te encuentres con un coche pequeño o de dimensiones intermedias -subcompactos y medianos- (carrocería enmarcada en los segmentos A, B o C) estarás ante un coche compacto o urbano.
Estos vehículos suelen ser asequibles, espaciosos, prácticos, con consumos más eficientes y fáciles de conducir, siendo los más recomendados para moverse y aparcar por las grandes ciudades o terrenos lisos.
Actualmente, dada su optimización en los últimos años, se puede asegurar que los coches compactos ofrecen buenas prestaciones, óptimos ajustes o diseños y acabados de calidad que verifican su comodidad.
Generalmente, sus dimensiones abarcan de los 4,2 metros hasta los 4,6 metros de longitud. En este caso, son vehículos de volúmenes; donde la cabina y el maletero comparten el mismo espacio, dejando el cofre del motor en el otro volumen, y, habitualmente, cuentan con tres puertas, aunque también hay cinco puertas.
Esta carrocería puede abarcar desde el segmento A hasta el C, por lo que sus medidas pueden ir desde los 3,3-3,7 metros (microcoches); los 3,7-4 metros (utilitarios o subcompactos) o los 4-4,5 metros de largo (compactos).
Coupé o cupé
A la hora de identificar un coche con carrocería coupé, la vista hay que ponerla en sus puertas laterales y correspondientes ventanillas. Por tanto, aquellos coches con dos o tres volúmenes que cuenten con dos o tres puertas laterales, dos o cuatro plazas -esto último menos común- y que, en ocasiones, tengan un toque y aspecto deportivo -lo que hace que su comportamiento sea mejor en curvas-, y menos superficie acristalada, indicarán que estamos ante un coupé.
No obstante, otra forma de identificar a un coupé es que su espacio parezca recortado en la parte trasera.
Uno de los famosos de los años veinte: descapotable
Del coupé vamos al coche descapotable, una de las gamas más demandadas antes de los años 20’ del siglo XX, también llamados cabrios o convertibles. No obstante, otros de los sinónimos que han empleado o emplean las marcas para referirse a esta carrocería en concreto van desde el roadster, speedster o spider. Sin embargo, aunque estas denominaciones son sinónimos, estos conceptos pueden encerrar ciertos detalles relacionados con su tipo de techo o número de plazas.
Basados en el segmento coupé -su similitud con el coupé radica en que tiene dos puertas y puede llegar disponer de dos o cuatro plazas-, como bien hemos mencionado, podemos encontrarnos diferentes tipos de techos que pueden quitarse, plegarse por encima del maletero o guardarse gracias a su tipo de material -maleable o de metal- dentro del propio coche (entre los asientos traseros o en el maletero), entre otra tipología que ha ido surgiendo con el tiempo que dejan atrás a la clásica capota.
Berlina, sedán o coche familiar. ¿Diferencias?
Por tres volúmenes -motor, habitáculo y maletero- bien separados, sabremos que estamos ante una berlina. Asimismo, sus cuatro o cinco plazas, seis cristales y cinco puertas son características que se aprecian en las berlinas, lo que puede facilitar su diferenciación. Considerados coches muy largos y rígidos -transportar cargas voluminosas-, a la par que elegantes y lujosos.
Originado en Alemania, este tipo de carrocería suele equivocarse con el término sedán, puesto que las diferencias son mínimas, donde el maletero en el sedán es independiente.
También los coches comúnmente familiares es otro de los segmentos que puede dar lugar a confusión, puesto que son también alargados, comenzado desde la rueda trasera, a pesar de que el espacio de la cabina es el mismo. Según la marca, puede ser designado de varias formas, sin embargo, muchos lo identificarán por el apelativo habitual.
Estos vehículos poseen dos volúmenes, donde el maletero y el habitáculo comparten espacio, donde el maletero gana peso con su espacio y, por ende, practicidad.
Monovolumen: estético, aerodinámico y menor consumo
Su propio nombre indica que este tipo de vehículos tiene una única estructura, técnicamente su carrocería es autoportante -la propia estructura hace chasís y carrocería-. La cabina y el maletero están juntos, por lo que el espacio interior para el habitáculo tiene mayor altura para los pasajeros en las plazas traseras, a diferencia de una ranchera. Asimismo, los beneficios que aporta respecto a una furgoneta es que el monovolumen es más aerodinámico, cuenta con mejores prestaciones, mejor estética y menor consumo.
Su chasis -y, por tanto, su carrocería- está diseñado para albergar de forma conjunta estos espacios, otorgando al vehículo una mayor amplitud tanto para equipaje como para fila de asientos adicional, por lo que hay un mayor número de plazas, una zona de carga amplia y una habitabilidad bien repartida y, como consecuencia, más confortable.
Antiguamente, a esta gama se le llamaba limusina o berlinas de viajes. La idea del monovolumen surgió de la necesidad de muchas familias, que demandaban coches con un amplio interior para sus hijos o familias numerosas.
Uno de los puntos por los que podemos diferenciar a esta carrocería de un turismo, es por las líneas atractivas de su diseño, mientras que, pese a que sus interiores espaciosos disponen de casi misma longitud y anchura que los de una furgoneta, ambas siempre se diferenciarán porque, tal y como establece la DGT, la furgoneta irá destinado al transporte de mercancías y su cabina no está integrada con el resto de la carrocería.
Dentro de la gama monovolumen podemos encontrar varias tipologías que abarcan monovolúmenes pequeños, compactos, medianos o grandes. Según qué tipología, estas tendrán o bien cinco plazas, o bien nueve plazas, además de puertas traseras batientes o corredoras y, generalmente, portón vertical.
Furgonetas, más robustas y sin carrocería autoportante
Destinadas esencialmente a un uso comercial, como sustitutivo de los camiones -por su menor tamaño-, las furgonetas difieren del monovolumen o cualquier turismo por su espacio diáfano, lo que hace que facilite la carga y que, en ocasiones, no dispongan de cristales o ventanillas, y por altura, dado que suelen ser más altos. No obstante, como hemos comentado anteriormente, si bien, con respecto al monovolumen, no son tan aerodinámicas o estéticas, sí que son más robusta dada su estructura para la carga, además de tener un mayor espacio en su interior.
En este caso, su estructura no es autoportante, sino que chasis (estructura en forma de vigas que soportará la suspensión/motor y carrocería) y carrocería van separadas, estando la carrocería anclada -encima- del chasis. Un punto que comparte con los camiones o los todoterrenos puros.
Además, esta parte trasera se suele abrir con un portón trasero con dos puertas horizontales. Aquellos conductores o conductoras que se decidan por una furgoneta pueden elegir entre por furgonetas urbanas, furgonetas destinadas principalmente a la construcción.
La clave está en la garantía off-road
Para explicarlo de una forma fácil y sencilla. El todoterreno es un vehículo diseñado para aventuras con garantías fuera de asfalto, Mientras que un SUV (Sports Utility Vehicule) es considerado un crossover a medio camino de un turismo y un todoterreno; a veces tracción a las cuatro ruedas (4×4), a veces solo tracción delantera (4×2), lo que limita su capacidad off-road, y con una cabina similar a la de un monovolumen. Este último modelo se ha convertido en uno de los coches más vendidos del mercado en los últimos años en Europa.
Su tamaño es mayor -por tanto, son más altos- que el de otros turismos, poseen una imagen más ruda, puesto que su estética difiere del resto por sus elementos externos -paragolpes, faros, estribos, neumáticos-, que son más funcionales. Además, es relevante reseñar que los SUV tienen carrocería autoportante, lo que disminuye su peso y, por consiguiente, que sean menos robustos, mientras que los todoterrenos son todo lo contrario al llevar chasis y carrocerías diferenciados.